El pequeño ejército de la Resistencia Australiana sobrevivió varios turnos, defendiendo ferozmente la entrada a su continente. Al agotarse el Apple Martini de la comandanta de la fuerza roja, ella tuvo la suerte de canjear sus 3 tarjetas de artillería por más de 30 unidades de infantería para su ejército.Ese fue el comienzo del fin para mi ejército; la fuerza verde, los Green-Go's. Mi dominio total del hemisferio occidental y del continente de Europa se vio vulnerado luego de incesantes ataques del que bebía cerveza en vasos pequeños y cuyos soldados vestían de negro. Ingresó por el puente entre Kamchatka y Alaksa, después de una intensa batalla con mi batallón de Los Protectores Boreales.
Poco a poco el ejército negro se adentraba en mis continentes, mientras que los rojos y los grises me atacaban por los flancos Europeos.
Mi cerveza se acababa al mismo ritmo que mis tropas. Mi alianza con la almirante de los amarillos estaba fallando... con pensar que yo dominaba el occidente y ella África y gran parte de asia...
Alcancé a eliminar a los grises, refugiados en las montañas de Ural mientras progresivamente los negros se comían mis territorios americanos. Mis tropas islándicas, conocidas históricamente esa noche por su valentía e impermiabilidad resistieron todo un verano y cedieron el ingreso a la Europa que una vez fue verde.
La amarilla murió, y pocos turnos después, yo también. Hasta ahí llegó mi estrategia de dominación mundial.
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La noche era fría y por suerte no nos llovió. Los 6 nos sentamos en una mesa del bar llamado Chelsea en plena plaza Foch. Mucha gente nos regresaba a ver mientras abríamos paso entre la multitud para llegar a una mesa libre -era porque llevábamos con nosotros el juego de estrategia Risk.
El juego duró mas de 3 horas y estuvo muy intenso.
